Os Paralamas do Sucesso en Niceto: puro rock nacional

(Publicado en Spot, Diario Clarín, 23 de abril de 2017)

El trío, ampliado para la ocasión, repasó sus hits y rindió tributo a varios referentes locales del género. Foto: Ricardo González

Pasaron más de cinco años desde la última vez que tocaron en Buenos Aires, pero el jueves en Niceto los Paralamas do Sucesso demostraron que son puro rock nacional. Del argentino y el brasileño en partes iguales. Porque lo que Herbert Vianna propuso al hablar entre tema y tema -así como también se lee en el texto y subtexto dentro de cada canción interpretada por el grupo- es desdibujar las fronteras, seguir intentando con la patria grande de América, ya sea desde lo musical como también a través de un pensamiento social, un compromiso ético y una necesidad vital. En el show de Paralamas se evidenció el diálogo de buena onda y hermandad existente entre Argentina y Brasil, más allá de las picas futbolísticas, desentendimientos políticos y diplomáticos entre los gobiernos de turno o los efectos colaterales y nocivos del turismo masivo, aquí o allá: “Esta va para quienes gustan de las playas de Brasil”, tiró Vianna antes de Uma brasileira.

“A Charly, a Fito, Soda, Sumo y Los Pericos”, agitó en ofrenda a sus amigos del rock argentino, que acogieron a su banda en la Buenos Aires de los ’80. Palabras sostenidas por canciones. Porque Paralamas rindió tributo a varios referentes de esta movida: Track Track, de Fito; la versión em português de Parate y mira (Lourinha Bombril); una interpretación rockera y acelerada de Cuando pase el temblor, y estrenaron en vivo; Que me pisen, con los versos mezclados y la compañía de Ricardo Mollo. Después, el único invitado de la noche tiró paredes de solos bluseros con Herbert, para el remate de Caleidoscópio, momento en el que también se lució la inoxidable base que levantan Bi Ribeiro (bajo) y João Barone (batería). Los Paralamas también dejaron claro desde dónde vienen, convirtiendo Você, de Tim Maia en una deliciosa balada reggae; y liquidando el recital con Que país é esse?, de sus contemporáneos y (valga la redundancia) legendarios Legião Urbana.

El accidente que Vianna sufrió en 2001 limitó su movilidad, pero no la energía escénica del grupo, que sigue celebrando los 30 años de su primer disco, Cine Mudo (1983), al tiempo en que en este 2017 cumplen exactas cuatro décadas en la ruta del rock. El paso del tiempo se vio reflejado en la vigencia del repertorio y en las huellas que esa catarata de hits dejó marcadas en el grueso del público, eminentemente cuarentón, que no se privó de celebrar la banda sonora de varias adolescencias (Alegados / Inundados, La bella luna, Lanterna dos afogados), ni de poguear fuerte cuando subió la intensidad ska (Meu erro, amplificado por los vientos de Monteiro Jr. y Bidu Cordeiro), ni de emocionarse en los cuadros más intimistas, como Quase um segundo, cuando Herbert se quedó casi solo, con su guitarra, la pedalera de efectos que manipula con su mano, un trago de bebida blanca y el tecladista João Fera haciéndole la segunda. Ahí, demostró de nuevo que puede ser un entendido y resumir argentinidad: “A veces me preguntan si prefiero a Lionel Messi o a Diego Maradona. Yo respondo ‘Mario Kempes’”.