Balance de Cosquín Rock 2014: Sobreviviendo

(Publicado en el S!, Diario Clarín, 7 de marzo de 2014)

Córdoba demostró que sigue siendo la Tierra Media del rock: aventuras, sorpresas y magia para seguir alimentando la leyenda del rock veraniego. Fotos: Marcelo Cáceres

Tres días locos que vamos a vivir entre la lluvia, el viento, el barro, el pasto y el sol mezclándonos con miles de mochilas de todo el país para ver… el rocanrol del país. Una rutina veraniega e impostergable, desde hace casi tres lustros, en lo que acaso sea el único festival REAL que se pueda experimentar en territorio argentino. La postal la dieron Charly y Pity, que compartieron una versión (no tan prolija pero sí conceptualmente alegórica) de La sal no sala durante el show de García. Una foto que pinta un estado de situación de un rock local, en blanco y negro, gastado después de mil batallas, con la expectativa de que, por fin, aparezca la renovación. El cierre de Andrés Ciro junto con Los Persas fue un punto final clásico de la edición número catorce del Cosquín Rock. En todos los escenarios, detrás de escena, en camarines, en las atracciones extramusicales, allí estuvo el S! como en cada verano, saboreando el dulce de la gran fiesta rockera, en la que están todos (o casi). De esta presencia, resaltamos los 14 momentos que quedarán en el recuerdo.

1. Actores & hijos > “Mi hijo de 15 me pidió venir. Yo estoy en el Cosquín Rock desde el principio, José Palazzo es como mi hermano”, dijo Daniel Aráoz mientras IKV terminaba su set. Por su parte, el espectáculo de Favio Posca fue una de las atracciones extramusicales más festejadas. Adaptó a sus criaturas freaks y el público coreó como si fueran hits de los Redondos. Lo acompañó su hijo Rocco: “¿Vos viste lo que pasó con la gente? Yo me reconozco rockero, pero lo de hoy fue una locura”, celebró Posca en su camarín después de actuar.

2. El juego de las marcas > “Nos vamos… o tiro el auto”, dijo Charly García y señaló al Palio rojo que estaba frente a su escenario, sobre el mangrullo sponsoreado por Fiat. Pepsi y Movistar, que tienen sus festivales propios & autónomos en Buenos Aires, en Córdoba fueron escenarios secundarios. El temático (rocanrol, heavy y reggae) y segundo en importancia fue para la telefónica; una carpa de fiestas, performance, muestras y música para la gaseosa cola.

3. Ciento veinte mil > Es la cifra oficial de asistentes a la versión 2014 del Cosquín Rock. Flequillos, lonas, borcegos, (pocas) dreadlocks, remeras negras… de Córdoba, de Catamarca, de San Luis, de Corrientes, de más al norte, de más al sur. Casi todos los artistas principales vinieron desde Buenos Aires para tocar ante el público más federal posible, donde no abundan los celulares en alto ni se hashtaguea en simultáneo. Un país rockero a la vieja usanza. ¿Folclórico dijimos?

4. Neolocales vs. Ciudad Emergente > No hubo contienda deliberada, claro. Pero el under local hizo pata ancha en el Domo Naranja (curado por Agustina Palazzo, hija del organizador) con las originales propuestas de Rayos Láser, Paris Paris Musique o Un buen día para el pez banana. En la carpa Pepsi hubo un ciclo del Ciudad Emergente, con la participación de Viva Elástico, La Perra que los Parió y un cierre sorpresa con Eruca Sativa (antes habían tocado en el escenario principal). Fue un adelanto de lo que será la versión cordobesa del festival, a realizarse en mayo.

5. Neobarriales > Estéticamente opuestos, pero con el rock en la sangre De La Gran Piñata y La Armada Cósmica se ganan las calles porteñas como pocas. Acción old-school (mucho graffitti, mucha calco) y curtidos por el under, ambos tocaron por primera vez en Cosquín Rock… ¡y en el escenario principal! “Siempre laburamos de la misma manera: somos artesanales, no delegamos a nadie externo, sino que nos ocupamos nosotros mismos de hacerlo”, aseguran los piñateros.

6. Contra todos los males de este mundo > “Fuera Monsanto de América Latina”. El coro bajado desde el escenario principal hacia el público formó parte de la acción de denuncias + canciones comprometidas de Las Pastillas del Abuelo. Chevron, Barrick Gold y Monsanto se mezclaron con defensas a la lucha de Susana Trimarco o canciones como Gobiernos procaces. Antes, Jauría subió con un trapo que decía “Malvinas lucha por la vida”, en relación a la protesta que los habitantes de esa ciudad cordobesa realizan para que Monsanto no se instale allí.

7. Catering > Cada vez que terminaba Cosquín Rock, el predio no quedaba vacío: un mar de vasos de plásticos rotos tapaba todo el predio. Para corregir eso, se decidió utilizar esta vez los ecovasos. Pagabas 30 pesos de seña por un vaso de plástico duro con motivos del festival, que luego podías llenarlo con cerveza ($50 más), fernet ($90) o gaseosa ($35). Si querías lo devolvías y recuperabas la seña, y sino, ya tenías un souvenir del festival de por vida. ¿Para comer? Las clásicas hamburguesas ($45) y panchos ($35).

 8. Una “cátedra en la Sorbona” en Cosquín > Así consideró, por supuesto que en broma, cómo fue su conferencia de prensa ante los periodistas acreditados a Cosquín Rock. Hablamos de Adrián Dárgelos, más cerca del misterio que de la híper exposición, quien de muy buen humor respondió cada pregunta obvia (¿Van a tocar temas del disco nuevo? ¿Cómo es participar de Cosquín Rock?), siempre con una sonrisa. Después, vino el mejor show de todo el festival, montado en el resumen de la cosecha de hits 2001-2013.

9. ¡Sorpresa! > “Esto es una bosta, loco. Habíamos quedado otra cosa”. El vozarrón de Palazzo se replicó en la decena de handies que portaban quienes trabajaron en la producción. Metieron uno por la ventana del camarín de Viejas Locas, número sorpresa del festival, para que escucharan el reclamo. Adentro, banda & allegados se tomaban con calma los treinta minutos de demora, agarrados de las manos, pasándose energía. Pity revoleó por el aire frascos de purpurina de distintos colores (rojo, azul, plateado) y “a brillar, mi amor, a brillar”. Y por una hora, cierto brillaron: la versión de Está saliendo el sol (el clásico de Intoxicados) levantó la más copiosa lluvia de todo el festival.

10. Ricardo Iorio y la patria heavy > Lejos de las luces, como si fuera una cantina, una multitud de 35 mil personas esperaban por “lo más grande del heavy nacional”. Ricardo Iorio y Almafuerte es el número más esperado por la patria metalera del interior del país que viaja especialmente. Y Ricardo cumple: gestual como nunca, tirando sus verdades (“Nosotros somos rockeros desde chiquitos”) y polémicas contra fotógrafos (“Un cursito de tres años y ya están acá”), se apoya en sus enormes canciones (Patria al hombro, Trillando la fina) para el delirio colectivo.

11. La kermesse rockera > Una vuelta al mundo coronó la mitad del predio de Cosquín Rock (hay un kilómetro entre el escenario principal y el secundario) y fue la fila más larga de todo el festival… ¡más larga que la de la barra! Es que la panorámica desde allí arriba sólo puede ser definida como espectacular: las sierras, las casas, el público yendo y viniendo, la música como un rumor. Un paneo envidiable que no tiene competencia ante el toro mecánico (se mueve con cumbia), el pogómetro o el simulador de vuelo.

12. Casi como en campaña > “Santi, Santi, vení, ellos son de una radio…”. Después de haber debutado en el escenario principal de Cosquín Rock con las nuevas canciones de Visceral, Santi Aysine de Salta La Banca no paró de dar notas por acá y por allá. A casi todos los medios acreditados le importaba la opinión del cantante de la banda rockera del momento y el tipo, siempre, con una sonrisa. “Estar acá es lo más, es venir a escuchar la música con la que crecimos todos nosotros”, le sonrió al S!.

13. Fatiga 13 > René se quedó haciendo de las suyas en Buenos Aires y perdió su vuelo a Cosquín. Al día siguiente de haber tocado en Ferro para 20 mil personas, tenía que participar en el festival, entre Las Pelotas y Catupecu Machu. Era el único artista internacional del escenario principal y la actuación tal vez no estuvo a la altura. Acusaron el cansancio del show anterior y el frío serrano. “Es un disco existencial. Estuve reflexionando en lo mucho que nos pasó, desde Atrevete-te a Latinoamérica, desde Grammys a amenazas de muerte”, dijo René sobre Multi_Viral, en su camarín.

14. José Palazzo dixit > “Me costó mucho traer artistas pop y emergentes, ahí me dio una mano mi hija Agustina, ella fue una de las más agresivas en cuanto a mi estructura cuadrada sobre determinados gustos musicales. Yo festejo la reedición de Led Zeppelin en vez del disco nuevo de Indios. El desafío artístico de este año fue hacer combinaciones extrañas, como Charly, IKV y Skay, o Calle 13, Almafuerte y Las Pelotas. Pero el público del heavy no viene al principal ni aunque le des cerveza gratis”.