Villa Diamante: "El rock argentino no se baila"

diamante

(Publicado en el S!, Diario Clarín, 4 de octubre de 2013)

De Los Redondos a El Mató, el DJ recupera a los monstruos sagrados del rock local para enviarlos directo a las pistas. ¿Nace el mash-up nac & pop? Foto: Martín Bonetto

Flaco y largo, de igual manera que el resto del cuerpo que lo contiene, surge el brazo derecho de Diego Bulacio, más conocido como Villa Diamante. Luce el primer tatuaje que se hizo en su vida, cuatro meses atrás: Por amor al baile. La frase no sólo es el leitmotiv de Zizek (fiesta, sello, espacio de agite, siempre con la marca y el filtro de la cumbia digital), sino que titula su nuevo disco. “Estaba dándole vueltas al nombre, y de golpe estaba ahí, en mi brazo”. Se trata de un homenaje al rock nacional tanto desde su labor como productor de mash-ups, como desde su propia biografía, tomando vinilos de Charly, Spinetta o Fito que le hacía escuchar su padre. “Algunos trabajan desde el humor o la ironía. Yo puedo deconstruir un poco, porque es parte del chiste del mash-up, pero desde la admiración y el respeto. Siempre que mashupeo es para que la gente conozca y escuche lo que me gusta. Además, con todos hay una historia detrás: el rock argentino es algo que me gusta hasta ridículamente: hasta lo que no está bueno me llega igual”. En 17 tracks recorre (casi) todas las décadas de rock local, yendo de Sandro a Pity. De los Redondos (“los vi en vivo en River”) a El mató. De Virus a Babasónicos. Entre lo sutil (Cerati) y lo bizarro (Jazzy Mel, “mi primer casette y la puerta de entrada al rap y el house”), son hits rockeros “ensuciados” con cumbias chiclosas, dubstep de vieja escuela, reggaeton dulzón o electrónica fragmentada.Sentado en el altillo de Mercurio, la disquería que atiende en la galería del Patio del Liceo, habla mucho y rápido, atolondrado. Explica que la idea madre es que se baile aquello que no acostumbramos a escuchar en la pista: “Salvo en pocos lugares, el rock argentino no se baila. Así reuní temas que conoce todo el mundo para que, bueno, ocurra ese baile”. Por amor al baile se editará a mediados de este mes en “vinilo sin vinilo: será un objeto de arte, a un precio bajo, con un código QR para que se lo bajen”. Un trabajo que partió de una idea más ambiciosa: “Quería hacer un disco llamado Enciclopedia, pero requería de una revisión más exhaustiva del rock argentino. No terminaba más de mashupear: dejé afuera temas de Manal y Pappo que quedaron medio disonantes”.

El corte final repite artistas, pero respeta la estructura de la canción, a diferencia de sus trabajos anteriores, “en donde hacía cosas más extrañas, experimentaba más. Soy muy fan del formato canción: la palabra dice un montón de cosas que están re buenas”. Desde su célebre placa de sonido de $25 a tocar en Plaza de Mayo para la fiesta de la Década Ganada (“ahí me terminó de cuajar la idea, porque veía que estos temas tan conocidos eran agitados por el público, al tiempo que se bailaban”), pasaron diez años en los que se afianzó como agitador de la noche porteña con la marca Zizek como referente de la cumbia digital. Ahora está formando una banda, junto a Pato Smink (percusión y handsonic) y Milo Moya (beatboxer), a la que llaman De Todo Menos Músicos. Pero lo que más lo ceba, a juzgar por el entusiasmo, es su participación en el Combinado Argentino de Danza (C.A.D.), “un grupo de bailarines de hip hop, folkore y contemporánea muy buenos. Meterme en esto me es renovador… ¡trabajo de día! (se ríe). La intención es que el público baile con nosotros, que no sea pasivo”.

–¿Te acordás cómo era ir a bailar antes de llegar a la cabina?
–Iba a la matineé temprano, porque sabía que pasaban ¡Viva Satana! y Abarajame: éramos cuatro en la pista y la pasaba re bien. Dejé de ir a bailar y empecé a ir a ver shows de rock, punk, electrónico. Iba a ver a Babasónicos y pensaba: “¿Por qué hacen pogo, si está buenísimo para bailarlo?”. Así empecé a conocer djs como Gustavo Lamas y los Pareja, mis educadores.

–Y te curtiste pasando música…
–De una. La música que pasaba cuando arranqué, era imposible de bailar, la gente se me quedaba mirando. Me empecé a hacer conocido en el under del under por ser freestyler: la gente podía escuchar The Smiths o 50 Cent, mezclado con el under urbano local, como Miss Bolivia, Chancha Vía Circuito… En cada lugar que paso música, hago lecturas diferentes del público. Siempre fui freestyle, house y electrónica, cumbia y hip hop, moombahton y trap, la idea del “bastard pop”, mezclando la cultura popular global y argentina. Aunque no siempre la ejerza, el dj tiene la capacidad de informar, porque tiene un montón de data.

Opinión de Pity Alvarez sobre los mash-ups de sus temas > «Al escuchar la versión de Te la vamos a dar pensé que se podría haber tirado más a la pileta. Pero con Niños se la jugó más, porque es lento y difícil para la pista… aunque también podés elegir un vals y romperla. Cuando lo conocí, al toque me di cuenta de que tenía la mente abierta, vi mucha transparencia en él. Estábamos tocando en MuchMusic y yo estaba muy loco como para prestarle atención a alguien, pero su saludo fue distinto al de los demás: era saludo que vino de Villa Diamante, no de Libertador. Y el saludo de Villa Diamante lo entiendo más».

Zizek: Filosofía pachanga y zapatos de goma > Junto a dos socios, Diego le dio impulso a Zizek, primero como fiesta y luego como sello, siempre con un pie en lo autóctono y otro en lo digital. Entre cd y vinilo, elepés y epés y compilados de escena, son más de treinta discos de artistas como La Yegros, Mati Zundel, Fauna, Frikstailers y otros, quienes además tuvieron la oportunidad de girar por Europa y América, hacer barullo en los medios y enfiestar a cualquiera que haya ido a bailar a la Zizek. Ahora, ¿bajó la espuma? “Todo lo que tiende a subir, baja. Y el público desconfía del hype. Mantener ese crecimiento es difícil: en una época la fiesta era todo, pero después Villa Diamante empezó a ser más importante y le tuve que quitar tiempo a eso. Empezó a costar cumplir lo que les prometíamos a los artistas. Si les ofrecés el oro y el moro y después no se lo das, los estás cagando. Así que a todos les dimos la libertad de hacer lo que cada uno quiera”. ¿Qué quedará, ahora que se discontinuó la fiesta y por ahora, no hay planes de edición de discos? “Fue una patada inicial para que suceda algo con la cumbia como excusa para hacer música latinoamericana, porque la cumbia no es solamente villera o la que se hizo popular en los ‘90. Sin embargo, para los de la electrónica éramos cabezas por hacer cumbia y folklore y para los cumbieros, éramos unos chetos”.

780e3-tapavilladiamante-page-001