Tan Biónica: "Queremos ser para todo el mundo"

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(Publicado en Clarín Espectáculos, Diario Clarín, 18 de mayo de 2013)

El grupo de Chano Moreno Charpentier ya tiene su tercer disco listo, “Destinología”. Su crecimiento desde el under, la fama, la facha, el romance del cantante con Celeste Cid. Foto: Juano Tesone

“Antes sentíamos bronca porque no se nos reconocía, pero entendimos que no era nuestro momento, que todavía no estábamos listos. Ahora sí”. La transpiración, su uniforme y un cigarrillo entre los dedos acentuaban la intención de la frase de Santiago “Chano” Moreno Charpentier, 31 años, cara visible de Tan Biónica, dicha en el backstage del show para más de 80 mil personas en Alcorta y Pampa, el 8 de diciembre del año pasado. Exactamente cinco meses después dice lo mismo, pero vestido de civil, recién amanecido de la cama de su novia, Celeste Cid, y con una pastilla de nicotina en la boca (“La idea es no tragar humo, pero son una mierda. Prefiero fumar”, explica sobre su intención de dejar el vicio), mezclada en un desayuno de campo servido en un bar de Palermo.

Dos días antes, en los estudios MCL, Tan Biónica ensayaba para la inminente gira (empieza el 8 de junio en Córdoba y llega al Luna Park el 28 y 29 de ese mes) en la que presentarán Destinología: su tercer disco, que sale a la venta el lunes y del que ya estamos escuchando sus dos primeros cortes. Con su bombo en negra y cadencia de fiesta,Ciudad mágica fue uno de los temas del verano. Y ahora, La melodía de Dios, una canción luminosa (y no específicamente divina) con un estribillo que se repite tanto en la radio como en afiches en la vía pública. “Este disco nace apenas terminamos de mezclarObsesionario (2010)”, apunta “Bambi” Moreno Charpentier, bajista y “director musical” del grupo, tal como lo define su hermano mayor. Seby Seoane (guitarras), “Diega” Lichtenstein (batería y programaciónes) y Germán Guarna (teclados) completan este “grupo de hermanos. Somos todos hijos de padres separados, unidos por la ausencia”, explica Chano. Las nuevas canciones fueron naciendo a medida que las anteriores fueron sumando coros, bajadas, vistas en YouTube.

Ella, Beautiful, Obsesionario en La mayor, Loca … de La Trastienda al Luna Park (tres veces) entre un total de 250 shows a lo largo y a lo ancho del país, en tres años la convocatoria de TB explotó y generó un público: el piberío biónico , una masa hetorogénea e histérica, que va de la chica que llora a los gritos al pibe que va con la novia y canta más que ella, o los niños que llevan a sus padres. “Queremos ser para todo el mundo y que, si te gustan las canciones, puedas venir sin prejuicios. Tenemos un público multitarget”, dice Chano, a lo que su hermano opone: “Pero no somos multigénero. De hecho, no nos consideramos un grupo súper virtuoso”.

Sin demasiado lugar en los medios y con el desprecio del público rockero arquetípico, el crecimiento de TB fue de voz baja a bullicio con episodios similares a los de cualquier banda con más de diez años de existencia: curtirse en el under (“Llegamos a tocar dos veces en Cemento”, recuerda Diega), viajar miles de kilómetros en micros de línea para tocar o cargar sus propios equipos, pero nunca con los brazos bajos. Dice Chano: “Creo que la clave del éxito, para cualquier cosa, es la perseverancia y la paciencia. Y en nuestro caso, mantenernos siempre unidos. Yo era camarero en un restaurant y un día pensé ‘Tengo 26 años y estoy en el horno, ¿qué hago con esto?’. Nuestras familias nos preguntaban cuál era nuestro plan B. Y no, no quería otra. Mientras tanto, nuestros compañeros de colegio ya se habían casado, tenían buenos laburos, guita, un auto. Yo me iba en bici a laburar, después a ensayar un montón de horas…”.

La sala de TB está en Saavedra y tenía equipos de última generación que fueron comprando gracias al boom biónico. Pero la tremenda tormenta de principios de abril arruinó casi todo eso. De nuevo en el desayuno, pero algo más despabilado, Chano cuenta que perdieron “un montón de guita, pero nos sentíamos unos caraduras si nos quejábamos: en la esquina de la sala vive una viejita que normalmente no llega a fin de mes, y ahora, encima, tiene diez mil cosas menos, diez mil cosas qué comprar”.

Y tocaron en el show benéfico que se hizo en el Planetario.
Sí, hemos tocado en otros festivales benéficos, en villas, pero no somos unos espíritus híper solidarios, para ser sincero. Nos obligamos. Cuando hice mi rehabilitación (Chano pasó por una adicción a las drogas duras) me decían ‘hace como si’: ‘hacé como si fueras honesto, hace como si…’ lo que sea, hasta que te sale. Me tengo que comprometer a hacerlo, aunque no tenga la vocación máxima, aunque no me salga del corazón, lo tengo que hacer.

¿Cómo te llevás con la imagen de sex symbol que proyectás?
(Se ríe) No lo entiendo, porque no me veo muy atractivo: cuando iba al colegio, las dos o tres minas que me gustaban no me daban bola. Me quedaba con la cuarta en la lista de las que me gustaban. Ahora es distinto, pero la verdad es que nunca lo aproveché para levantarme a una minita. Noto que, por estar un paso más al frente, el amor se manifiesta mucho más conmigo que con mis compañeros, y me da un poco de culpa. Pero las agresiones también me llegan antes.

¿Te duelen?
La verdad que sí, me quedo más con eso que con un comentario positivo. Soy una persona re insegura y lo malo que me puedan decir es lo mismo que pienso de mí mismo. ¿Escuchaste el dicho ‘Divide y reinarás’? Bueno, nosotros no dividimos nada, pero sabíamos que iba a llegar la oposición en algún momento. Cuando un grupo crece tanto, también crecen las voces que quieren denostarlo.

Fantaseás con que la banda llegue a River, pero casi todos los grupos nacionales que tocaron ahí ya se separaron. ¿Serías solista?
No, ni a palos. No me bancaría una separación, salvo que sea una situación irremediable. Nunca me separaría de mis amigos, que son unos músicos increíbles: Bambi le da vida a las canciones, Diego hace cosas que ningún baterista puede y es más fundamental que yo en el grupo, y Seby tiene una sensibilidad increíble para tocar lo justo, no le importa el virtuosismo. Yo compongo de una manera muy básica, todas mis canciones son iguales. Sé que no me iría bien si me cortara solo…

Cómo es «Destinología» >>> Producido por la banda junto a Pepe Céspedes y Osky Righi (de Bersuit), reescriben su imaginario dramático de decepciones, nostalgias y corazones rotos, pero a la luz del sol y sin olor a cigarrillo en la piel después de una embriagada noche de boliche. Aunque comience con Ciudad mágica, que lleva el sello electro-eléctrico de TB, en lo global las cuerdas y los mellotrones le recortan espacio a los sintetizadores, generando climas igual de pomposos. El nombre del disco tiene que ver con el conocimiento astrológico y numerológico que Celeste Cid le transfirió a Chano: el número doce aparece en las letras del título, cantidad de tracks y como menciones a los meses del calendario (Hola noviembre, Mis noches de enero). La más concreta es el “4 de noviembre” que se repite en La melodía de Dios, que no alude a otra cosa más que a la delicadísima salud del padre de Chano & Bambi (el bajista canta algunos versos de Música). Quizás sea el tema clave, pero hay otros momentos inspirados como Tus ojos mil (“Yo no te quise matar, febrero”) y una tríada acústica que cierra el disco: El asunto, Poema de los cielos y el elocuente instrumental Sinfonía de los mares.

Chano: el que quiere a Celeste… Cid >>> La relación que Chano y Celeste Cid iniciaron a fines de 2012 ya tiene marcas en la piel de ambos: se tatuaron un corazoncito en sus brazos. Pero en el nuevo disco de TB casi no hay rastros de eso: “Las letras las escribí antes de empezar la relación, aunque la frase de Poema de los cielos que dice ‘es imperdonable toda tu belleza’ tiene que ver con lo que me pasaba con ella al principio. Me había gustado mucho, pero soy tan pesimista que creía que no la iba a ver más. Así que miré al cielo y dije ‘Dios, por favor, sacámela de la cabeza’”. Chano dice que lo pone celoso verla besándose con otro en la tira Sos mi hombre y que Celeste no tiene las canciones de TB en su iPod: “Escuchó el disco y dijo que le gustó mucho, pero nuestra expresión artística no es simbiótica”.