Pipo Cipolatti: "A los niños les enseñaría moral, educación y respeto"

8215f-tapapipo-001

(Publicado en el S!, Diario Clarín, 8 de febrero de 2013)

Alcohol, picana y lengua afilada. 30 años después de “La dicha en movimiento”, acaba de lanzar un libro, ofrece ideas a los medios y cuida a su familia. Foto: Juano Tesone

«Hola, yo soy Hugo Cipolatti, Pipo, y este sonido que les hago escuchar (prrrra)… es para defender a mi familia. Así empezamos con la nota al hijo de un policía, que, a pesar de las quejas de papá, decidió ser músico”. A contramano del mood lento y pastoso de su hablar, el shock de la picana de Pipo es seco, directo. Pero eléctrico, como lo que dice, y lo lanza al aire, al grabador, como bienvenida.

Toma un sorbo, convida de su petaca (“No puedo dejar el alcohol, por eso lo llevo conmigo. Es que tengo heridas…”) y se dispone a conversar. A su manera: cambiando de tema aleatoriamente, convirtiendo cualquier remate en chiste, guiñando un ojo para reforzar ironías y, cada tanto, recordando un pasado que, tal vez, fue mejor. Como el big bang de Los Twist, impulsado por La dicha en movimiento, disco que el próximo 17 de octubre cumple 30 años (“Después vino el fracaso”, dice). O la misma banda como semillero de talentos: “Fabi Cantilo sigue siendo la mejor cantante de la Argentina, nadie le puede ganar a la vieja hija de puta. Si Fito Páez le pegaba, no me consta. Luego vino Hilda Lizarazu, que era corista de Suéter pero cantaba para el ojete. Después de muchos ensayos empezó a afinar, pero en los shows la gente pedía a Fabi”.

Y de los sketchs musicales que hacía a pedido de Juan Alberto Badía, para Badía & Compañía, como el de la Ray Milland Band (buscá en YouTube): un quinteto vocal soulero caracterizado por Pipo, Andrés Calamaro, Miguel Zabaleta, Daniel Melingo y Camilo Iezzi, acompañados por Charly García, Pedro Aznar, Gringui Herrera, Pablo Guadalupe y Gustavo Donés. Fascinaron a la tribuna del programa y dejaron careta a los Soda Stereo, que ese día de 1986 presentaban Signos. “Fue un momento histórico, pero imposible de repetir porque me falta Charly”.

–¿Hace cuánto que no lo ves?
–La única vez que lo vi no era él: nos cruzamos en el Soul Café y parecía Ricardo Fort, con sus seis guardaespaldas que lo alejaban. Al no tener contacto, sólo puedo hacer conjeturas porque sé mucho sobre internaciones forzadas. Pero no voy a hacer hincapié porque van a pensar que estoy hablando en serio acerca de que no tiene motricidad, que los ocho neurolépticos que se suelen suministrar en estos tratamientos producen lo que se denomina Síndrome Neuroléptico Maligno. Paradójicamente, tiene las siglas de Say No More… Hice lo posible y no pude salvarlo, pero no hablemos más de esto porque viene Migue a pegarme.

A los 53 años, sigue con Los Twist (“Ahora somos ‘Pipo Cipolatti y el grupo que siempre fue conocido como Los Twist’, parezco Prince”) y lanzó el libro Lo que nunca se dijo: Conversaciones con José Retik (ver ficha), editado a fines de diciembre por Distal: “La editorial hizo todo mal. ¡Nadie se enteró de que salió! A la presentación fuimos yo, José, su novia, mi mujer y cinco fans”. Frenados en presente continuo, tiene listos “trece discos de distintos estilos” que promete hace varios años, un libro sobre drogas (también con José Retik) y otro sobre cocina, e infinidad de proyectos para radio, tevé, teatro, publicidad… Amplía: “Soy músico recibido, maestro de teoría, solfeo, armonía, composición, orquestación, electroacústica y mecánica de guitarra; profesor de inglés, electrotécnico, diseñador gráfico, dibujante… y después cualquiera dice lo que quiera sobre mí”.

–¿Eso te jode mucho?
–Me dura un minuto la molestia, pero me preocupa que los malos comentarios incidan en quienes puedan llegar a invertir en mí. Yo soy un artista y funciono, pero nadie me llama. Compuse 130 canciones en los últimos años. ¿Tengo que internarme en la quinta de Palito para llenar River?

–¿Y qué harías si te dieran una oportunidad?
–Un programa para niños, a las 9 de la noche, antes de que se vayan a dormir, en donde les pueda enseñar muchas cosas, no sólo música.

–¿Cómo qué?
–Cómo se le pega a un niño sin que se dé cuenta (se ríe). No, les enseñaría moral, educación y respeto hacia la sociedad, a los mayores, odio acérrimo al delito. Les enseñaría a comer, a cuidarse… No pondría dibujitos animados, ni minas en tanga, ni haría Agrandadytos. Están mal informando a los nenes: en los noticieros muestran cómo se roba un auto…

–¿Cómo educás a tus hijos?
–A los golpes. No, los educo como puedo, con disciplina, que es lo que más se necesita. Son hijos de una persona especial y pública. En casa ven Cartoon Network, pero la gente habla de las miserias y me jode porque están creciendo y se están confundiendo. En otras familias pasan cosas peores: tienen amiguitos que son hijos de padres separados, o tienen un primo que porta armas, pero no son famosos.

Pipo se ríe, siempre. Es el humor lo que lo hace andar. Con otra sonrisa y recordando nuevamente a su papá policía, desencadena una amarga reflexión: “Mi padre me decía: ‘Nunca seas policía, porque no hay más de los buenos. Después de la primera porción de pizza se creen los dueños del mundo y tienen arma’. Ahora cualquiera tiene un arma y hacen falta policías de vocación. Pero cómo podés pretender vocación, si en la medicina existe la mala praxis, en el periodismo el soborno. O en la música, por dar un ejemplo sin hacer hincapié, que te dicen: ‘¿Por qué no te rapás y cantás como El General que vas a vender más’. Uoioioioio, mira como baila, mira como canta… Eso existe. A mí nunca me pasó, y si me pasó, dije que no. Y así estoy, fracasando”.

«Guillermo Capusotto» > Las drogas, el peronismo, las marcas, las detenciones en dictadura (“No supe lo que pasaba hasta años después”, justifica), el holocausto, los jóvenes. De y con esto se reían Pipo y Daniel Melingo, responsables de casi todas las letras de La dicha en movimiento, con un marco sonoro igual de variado: rockabilly, funk, baladas y, claro, twist. Luego, con personajes como La Larva, Garrison o Céspedes y Barreiro (policías de División Mariani) Pipo extendería su humor hacia la tele, primero en La TV Ataca (1991) y, después, en Boro Boro. Quizás entre todo esto esté la semilla que siembra las risas de hoy. Dice: “Cuando veo esos videos, pienso ‘¡Qué bueno que estaba! ¡Ojalá ahora hubiera algo así!’. Aunque también admiro a… ¿cómo se llamaba? Francella, no… ¡Capusotto! (se ríe). Me aburre, es tan reiterativo que cansa. Pareciera que hay que machacar para que la gente sepa dónde está el chiste. ¡Ojo, no es una crítica, Guillermo Capusotto! A veces me engancho viéndolo, tiene personajes divertidos, pero… Micky Vainilla, que se viste de Hitler y discrimina, pero no a judíos… ¿es cagón? Si te hacés el Hitler, jugá con eso de lo que todos tendrían que divertirse, sin agredir al misterioso holocausto de 6 millones o 73 mil personas, me ne frega”.

Lo primero es la familia > “Hagamos la nota en la casa de mis suegros, que tienen pisos brillosos”, sugirió Pipo a la hora de arreglar esta nota. En Paternal, a pocas cuadras de la cancha del Bicho, viven los padres de Chiara di Bella, 24 años, rasgos y voz aniñados. Se conocieron hace tres años en un casting que hizo Pipo para corista de Los Twist. «Buscaba juventud, belleza, actitud y buena voz. La estoy puliendo todavía. No es fácil después de las grandes cantantes que tuvo Los Twist. Pero la dibuja la pendeja», dice él. Tres meses más tarde, se casaron por civil, y tres meses después, por Iglesia. «O sea que se casó por acomodo, pero no entró por acomodo», bromea Pipo. Mientras su suegro lo traía en auto desde el depto que ocupa en San Cristobal junto a Chiara y los gemelos Giorgio & Donato (11 años), su suegra Marta abrío la puerta de su casa en donde, efectivamente, se destaca su piso impecable. Ni bien llegan, los chicos le piden a su padre que los lleve a la plaza. Pero Marta, cual abuela, intercede: «Papá está trabajando». Antes había dicho sobre su yerno: «Tiene sus cosas, como todos… pero es buena persona».

Lo que nunca se dijo > Cipolatti y su amigo psicológo José Retik mantienen una larga conversación (por mail) acerca de nada y todo al mismo tiempo: drogas, psicología, Charly, Gurdjieff, las calles de Parque Chas, las de La Plata…