(Publicado en el S!, 29 de enero de 2012)
Catupecu Machu, Tan Biónica y Ambulancia abrieron el festival de Villa Soldati, clásico ciclo rockero de los veranos.
En el sur de la Capital Federal se confunden largas y anchas avenidas con enormes espacios verdes, los restos de un parque de diversiones que ya no es, lagunitas artificiales, un autódromo al fondo, y en el difuso límite entre Villa Lugano y Villa Soldati, hay un estadio “multipropósito” que ganó líneas en las páginas deportivas de los últimos años, desde que es sede de Copa Davis. Y cada tanto, el rock copa esa parada, especialmente en verano, de la mano del PRO. Amarillo en los carteles, en las pantallas (que anunciaban otras actividades estivales en todos los puntos de Capital, con el patrocinio del gobierno porteño), en algún que otro globo: el inconfundible color del partido que tiene a Mauricio Macri como cabeza de cartel. El Jefe de Gobierno dio el presente en la inauguración de la versión 2012, llegando en una van, como un improbable rockstar, mientras una maraña de cámaras secundaban (en vivo) su entrada. Después se perdió en camarines, celosamente custodiados, para estrecharle la mano a los músicos que participaron de la jornada.En ese mismo momento, Ambulancia se despachaba con una particular versión del tema de la Pantera Rosa, desplegando en escena todo el histrionismo del cual pueden ser capaces. Se trata de un grupo de actores, encabezado por Mike Amigorena, que se divierten haciendo covers (Boys Don’t Cry, 99 Red Baloons y más) bordeando el límite que separa la excentricidad de la ridiculez. El público parecía contentísimo de tenerlo a Amigorena tan cerca: aplaudió todas sus intervenciones.
A continuación, el público se amuchó contra el vallado para ver a Tan Biónica. Si bien al inicio del show, el campo lucía lleno hasta la mitad, a medida que fue pasando el set, se completó. Eran muchos los que querían ver a la última revelación del Sí! y comprobar los suspiros y grititos adolescentes que despiertan hits como El duelo, Beautiful, Ella y Arruinarse. Terminaron el show con un abrazo entre ellos y uno simbólico con su heterogéneo público.
Por último, Catupecu Machu cerró la jornada con un intenso set de cuarenta y cinco minutos. Si bien está todavía caliente su último disco, El Mezcal y la Cobra (2011), sólo tocaron tres temas del mismo: el homónimo (con ese abrieron), Metrópolis nueva y Aparecen cuando bailamos, último corte. El resto, clasicos de clásicos, desde Eso espero (interrumpido por un inconveniente en la guitarra de Fernando Ruiz Díaz), Magia veneno, Plan B: anhelo de satisfacción, Gritarle al viento, Dale (¿el pogo más grande del país?), Y lo que quiero es que pises sin el suelo (con Corvata y Tery de Carajo, como invitados); hasta el cierre, con El elevador, antiquísimo tema en la historia de Catupecu.
Ezequiel Ruiz 