Ciro y Los Persas en el Luna Park: Todo sigue igual

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(Publicado en El Acople, 27 de septiembre de 2010)

Andrés Ciro Martínez presentó a su nueva banda, Los Persas, en el Luna Park. En tres funciones bien vendidas, el ex líder de Los Piojos mostró las canciones de su primer álbum solista, “Espejos”. Crónica del sábado.

No bien se apagaron las luces del estadio, parte del público se encendió, pero para cantar. En realidad, esto es lo que pasa en casi todos –por no decir todos– los recitales del mundo (¿del mundo? ¿o sólo acá, donde está el mejor público de todo el mundo?). Puntualmente, el sábado pasado, varios ocupantes del sector conocido como “campo” arrancaron el cantito “vaaaamo’ lo piojoooooo”. A modo de aliento, sí, pero era para que Andrés Ciro Martínez saliera al escenario. Las cosas estaban claras desde el vamos. Y no eran pocos los que pedían lo mismo.

Desde la música, la respuesta. “Te diría”, del segundo disco de Los Piojos, vino en la lista apenas después de “Antes y después”, uno de los nuevos. El resto del concierto fluctuó por esta disyuntiva: lo clásico y lo moderno. Que en rigor de verdad, son lo mismo; no hay diferencias notables entre el repertorio solista de Ciro y el piojoso. Las canciones de Espejos no presentan novedades.

En el escenario también se repite la virtud que tiene el líder al rodearse de músicos poco conocidos. Amén de las capacidades –que le sobran- al bajista Broder Bastos, el interesante tándem guitarrero que conforman Juanjo Gaspari y Juan Ábalos, o la potencia tras los parches de Lulo Isod, está todo preparado para que Andrés Ciro Martínez la empuje sobre la línea, ponga la frutilla sobre la torta, cante la falta con 33 de mano.

Mueve un poco el cuerpo en “Rockabilly para siempre” y lo aplauden. Invita a su hija a tocar la segunda guitarra de “Vas a bailar” y es ovacionado. Homenajea a Pappo (“Algo ha cambiado”) y sale bien parado. Reversiona “Los mocosos” y arma un pogo furioso. Toca “Muévelo” y hace bailar a todas las minitas.

Ciro tiene todo, hasta las teclas de Chucky de Ípola –tan determinante en el sonido de Los Persas como en el de Los Piojos del último tiempo- y la participación de Daniel Buira, quien junto con La Chilnga, sumó tambores en “Malambo para Luca”. Se trata de una power-chacarera que permite que este líder todopoderoso rinda el último homenaje nac & pop que le faltaba hacer.

Volvamos al público, ese que de movida pide que salga esa banda de la cual se tatuaron su iconito, cambiante a través de los años y los discos. Un público pasivo, entregado, embanderado –como siempre, también-; que grita que no cada vez que el cantante dice que es “la última de la noche”. Un público que aplaude todo y que se pone contento cuando suena esa tontería hecha canción llamada “Chucu-chú”, pero que lo hace más fuerte en “Genius”. Y más todavía, en el final, casi, cuando los primeros acordes de “Cruel” se llevan todo por delante. Para esta gente, que casi agotó tres Luna Park, está todo bien. Para los que prefieran mirar la historia piojosa de costado, tienen, en cantidad, más motivos para fruncir la nariz. Pero también son los mismos, claro.