Quilmes Rock 2008: Día 3

sokol

(Publicado en El Acople, 6 de abril de 2008)

Los Piojos, Las Pelotas y Ratones Paranoicos fueron los números fuertes de la fecha, la más convocante del festival, que estuvo repleta de sorpresas, invitados, tristezas, golpes bajos y demagogia.

Guasones y los uruguayos No Te Va Gustar fueron los encargados de abrir la tercera jornada del Quilmes Rock 2008. A diferencia de los otros días del festival, las primeras bandas tocaron ante el campo ya casi lleno puesto que la fecha fue la más convocante de todas, mayoritariamente por la presencia de Los Piojos y, además, porque incluyó lo que sería el último show de Las Pelotas. El grupo de La Plata basó su set de menos de una hora en sus últimos discos de estudio, “Como animales” y “Toro rojo”. Por su parte, NTVG hizo un recorrido necesariamente breve por su temario, arrancando por “Al vacío”, terminando con «No era cierto» e incluyendo, también, una versión de «Todo un palo», de los Redondos.

“Si quieren rock, Los Ratones”
La tercera banda en presentarse fue Ratones Paranoicos, que estrenó en Capital el regreso a su formación de Pablo Memi, bajista fundacional del grupo que entró para reemplazar a Von Quintiero. La cosa marchaba como siempre, a puro rock and roll, con temas como “Simpatía” y “Colocado voy”, hasta que pintó en el escenario el mismísimo Charly García, que le puso misterio a su llegada escondido en una túnica. Entonces el show de Ratones se transformó ya que, como era de esperarse, Charly se lo robó por completo, y por suerte para bien, tocando “Cerca de la revolución”, “Influencia” y “No importa” de su autoría y acompañando a la banda en la totalidad del tramo final de su actuación. El final, como de costumbre, lo tuvo a Juanse trepándose a las alturas del escenario y haciendo monerías desde ese lugar. Según Charly, “si quieren rock, Los Ratones”.

¿El último concierto?
El show de Las Pelotas arrancó con “Muchos mitos” y un Sokol vestido de corbata y camisa, lo cual se puede entender como un gesto irónico hacia el resto de la banda, en pos de querer encaminarlo y profesionalizarlo. Como sea, cada estrofa de varios temas sonaba con un nuevo sentido. Promediando el recital, el mismo BOCHA aulló “Yo sé que ya no crees más, no hay más que hablar”, en el estribillo de “Pasillos”, uno de los momentos más altos. A la distancia, se notaba la poca garra que había puesta en la presentación. En ningún momento se dirigieron al público, salvo algunas consignas demagogas (como siempre) de Germán Daffunchio, que logra el aplauso fácil aunque la canción a la que introduzca hable por sí sola y no haga falta agregarle nada para que la gente aclame. Para el hit “Siento”, se subió Roberto Pettinato a frutear un ratito con su saxofón, agregando una cuota de morbosidad al asunto. Parecía que nadie se quería perder el velorio de la banda, más sabiendo que al saxofonista se sumó Gillespi para hacer todos juntos, y separados, “Debede”, que concluyó con la desdibujada actuación. Se dice que la separación es inminente, y el prolongado saludo de Sokol, en el borde de la pasarela, mientras el resto de la banda ya se había retirado en silencio y los plomos desarmaban los equipos, no hace más que confirmarlo.

Nuevos aires para el ritual
Pasadas las once menos cuarto del 5 de abril, y mientras suenan los compases sampleados del funky “Manjar”, los integrantes de Los Piojos se fueron sumando al escenario, llegando en distintos transportes. Así, se vieron una moto con sidecar, un Citroën 2CV y una bicicleta tandem hasta que Andrés Ciro Martínez bajó de un autito rojo, lookeado con chaleco de detalles fosforescentes y flecos, para bailar como nunca. Recital a recital, la banda suena cada vez más aceitada. A medida que van pasando los años, sus conciertos mejoran en ese sentido, aunque últimamente se les cuestionaba la poca variación en la lista de temas. Por suerte, esta vez le dieron descanso a algunas, para dar paso a, por ejemplo, “Esquina Libertad”, quizás la más festejada de la noche.
Se trataba del primer show “grande” después de la salida de “Civilización”. Sin embargo, de esa placa sonaron nada más que seis canciones. El resto fue pura nostalgia, y sino preguntenlé a Dani Buira, que apareció como invitado sobre el cierre. Primero aportando murga junto a La Chilinga en “Verano del ‘92” y después para dos de las viejitas: “Genius” y “Cruel”. Antes de eso, Ciro se permitió un homenaje a Jorge Guinzburg: a las 12 de la noche, tocaron un minuto de “Como Alí” para recrear el célebre “Pogo de las 12” que solían hacer en “Mañanas informales”. La gente aplaude todo, claro. Para los bises definitivos quedaron “Babilonia”, “Muevelo”, la lectura de banderas de “Finale” y el medley rocanrolero “Around & around/Blue suede shoes”. Saludos, agradecimientos y “estén atentos al Luna Park”. El 19, 20 y 21 de este mes, se presentaran en el Palacio de los Deportes. Si sale un show como el del sábado, nadie se puede perder esa cita.